Desde el sector bancario alerta ante la posible competencia desleal.
El avance de la tecnología se da a pasos agigantados y provoca situaciones que apenas pocos años atrás no parecían viables. El surgimiento de Wilobank es uno de ellos.
Este mes comenzará a operar en el país el primer banco enteramente digital, cuyo principal accionista es el empresario Eduardo Eurnekián, presidente de Corporación América, un conglomerado que incluye distintas industrias como la aeroportuaria, agroindustrias, energía e infraestructura.
Ante el surgimiento de este nuevo formato, los clientes podrán abrir y operar cuentas y tarjetas y tramitar depósitos y préstamos únicamente desde el celular, sin necesidad de largas colas y horas de espera.
Los bancos digitales lideran la movida fintech, en la que participan más de 60 empresas tecnológicas volcadas al mundo de las finanzas y el dinero, y que representa arduos desafíos para la banca tradicional, según lo publicado por el diario Clarín.
Ante este panorama, la semana pasada se llevó a cabo el seminario “Transformando la revolución fintech”, organizada por el MIT Sloan Congress en conjunto con IDEA y entre los varios temas que se trataron se tocó este.
Allí, el economista del MIT Roberto Rigobon indicó que las polémicas y cruces entre banca tradicional y digital son habituales en todo el mundo, pero que “en la Argentina observo que el crecimiento de las fintech es desordenado y la autoridad regulatoria (el BCRA) no atiende correctamente el problema”.
Amenazados por estos avances tecnológicos, los bancos y las tarjetas están pensando estrategias para reconvertir su operatoria y lanzar servicios y aplicaciones móviles. Sin embargo, advierten sobre situaciones de competencia desleal frente al surgimiento de esta nueva generación de empresas financieras, dado que operan libres de regulaciones y exigencias como encajes, comisiones y nivel de tasas.
“La postura del Central es actuar cuando la actividad tenga volumen. Pero a nivel global, los reguladores toman acción porque a la larga todos toman volumen y tienen los mismos riesgos que las entidades físicas”, aseveró Emiliano Porciani.