Una encuesta revela las costumbres que se eliminan cuando aumentan los servicios.
Hay que pagar más por la luz, por el gas, por el agua. Febrero es un mes de subas para los argentinos y a la hora de ajustar los números hay que hacer elecciones. El tema es justamente ese: dónde recortar, qué gastos mantener y qué cosas mejor olvidar cuando las cuentas se complican.
De acuerdo con una encuesta realizada por la compañía Kantar Worldpanel a más de 1100 hogares, ante este panorama cuatro de cada diez reducirán las salidas a comer, cine y entretenimiento. Además, un 22% reducirá los viajes de fin de semana o vacaciones y un 35 por ciento verá afectada, o eliminada, su capacidad de ahorro.
De hecho, en todos los segmentos sociales al menos un 30% mencionó que frente a las subas de tarifas van a ver afectada o eliminada su capacidad de ahorro y solo un 18% de los encuestados mencionó que las alzas de las tarifas no tendrán ningún impacto en sus hábitos de consumo, según publica el diario BAE.
Sin embargo, son pocos los que hablan de recortar la canasta de consumo masivo de alimentos y bebidas: sólo un 19%.
Otro de los cambios que se producen con las subas de tarifas son en los hábitos. Marcas que solían comprarse ya como rutina suelen ser cambiadas por otras más económicas. También entra en juego la compra en mayoristas para conseguir mejores precios.
Los analistas de Kantar entienden que este año no se contraerá la base de los híper y supermercados dado que si los canales saben aprovechar las oportunidades, las marcas propias tendrán un nuevo impulso. “Tal es así que en 2017 el consumidor pasó de ser un ‘comprador culposo’ por abandonar las marcas líderes a ser un ‘comprador orgulloso’ por el ahorro conseguido”, publica BAE.