De acuerdo a la Universidad, “hay 1,4 millones de personas con problemas de alimentación; 7,9 millones de personas con dificultades para ingresar a los sistemas de salud y 7,2 millones de personas sin una vivienda adecuada".
El estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA) fue duro. Pese a que las expectativas no eran buenas en medio de los primeros meses de gestión macrista a causa de las diferentes medidas tomadas por el gobierno para iniciar con el sinceramiento de la economía, los números fueron un fuerte golpe para el país.
El Barómetro de la Deuda Social Argentina elaborado por la Universidad, que tiene un vínculo estrecho con el papa Francisco, habló de un crecimiento de la pobreza de 29 por ciento en diciembre. Además, el índice de indigencia pasó de un 5,3 por ciento a un 6,2 por ciento.
Los "nuevos pobres emergen de medidas normalizadoras adoptadas por el actual gobierno", alerta el informe, que cobró gran relevancia ante las sospechas de manipulación de las estadísticas oficiales durante el gobierno de Cristina Kirchner.
El director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia, dijo al respecto: "Muchos indicadores demuestran que hubo alguna mejora durante el 2010 y 2015. Pero mantenemos una estructura sumamente complicada desde el punto de vista social desde diciembre pasado".
Salvia señaló además: "Se produjo un agravamiento de pobreza por ingreso. En el país hay 1,4 millones de personas con problemas de alimentación; 7,9 millones de personas con dificultades para ingresar a los sistemas de salud y 7,2 millones de personas sin una vivienda adecuada".
De acuerdo a sus declaraciones, "los programas sociales ayudaron, pero no sirven para resolver problemas estructurales, hay que generar puestos de trabajo".
La información que se desprende del estudio indica que entre 2010 y 2015 se redujo el desempleo abierto, pero se registró un proceso de precarización laboral. El 43 por ciento de la población activa (7,3 millones sobre 17 millones de trabajadores) tiene un empleo pleno. El resto está afectado por distintos niveles de precariedad laboral o directamente no tiene trabajo.
"Esta masa de segmentos de clase media baja o sectores populares constituyen los nuevos pobres que emergen de medidas normalizadoras adoptadas por el actual Gobierno", advierte el informe.
"Es factible que el Gobierno necesite ganar tiempo para que la economía comience a crecer y para generar confianza en que un futuro distinto es posible, sin embargo, muy poco se logrará si no hay una distribución socialmente más equitativa de los costos del ajuste", asevera.