Por Nicolás Roset
La Argentina es un país con un déficit en materia educativa-financiera. Esto se traduce en un público inversor reticente a invertir sus ahorros y a una pérdida de poder adquisitivo constante debido a su falta de inteligencia financiera para tomar mejores decisiones. El país no tiene desarrollado actualmente este mercado. Otros países como Colombia destinan un 5% de su industria fintech a la educación financiera; Chile 7%, México 4%. Esto es la base de todo desarrollo del mercado financiero local.
Solo 3 de cada 10 argentinos tiene conocimientos en la materia, según la última Encuesta Global de Educación Financiera de S&P (2016).
Las investigaciones del Banco Mundial sostienen que las políticas de inclusión financiera pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de las mujeres de los sectores más postergados; subir el consumo y las inversiones productivas; elevar los ingresos y la productividad, e incrementar los gastos en salud preventiva. En las sociedades actuales, los ciudadanos deben tomar decisiones financieras casi a diario, y en algunos casos -incluso- pueden llegar a tener cierta complejidad debido a los avances de las nuevas tecnologías. Por eso es fundamental que el sistema formal de educación les provea las herramientas necesarias para que, llegado el momento, puedan adoptar las decisiones más adecuadas en materia financiera.
El mercado de capitales argentino representa el 8,5% del PBI. Hay que tener en cuenta que el promedio de América Latina es por arriba del 20%. En el 2011, el sector bursátil medido en dólares supo representar 7,36% del PBI, para caer a un mínimo de 5,12% en 2012 y recuperarse hasta el nivel actual. En cuanto a la evolución de la bolsa local, el índice Merval subió un 30% en los últimos 2 años. Por detrás lo siguen el IPSA de Chile con 17%, el Bovespa de Brasil con 14% y por último el Mexbol asteca con 8 por ciento.
Esto da una magnitud de la gran rentabilidad que deja la bolsa en Argentina, en relación a otros países latinoamericanos. ¿Pero cómo es posible generar incentivos en la población cuando el mayor atractivo de los Argentinos es el dólar y los ladrillo?. Desde 1981 al 2016 si una persona invertía en dólares hubiese alcanzado un retorno real del 72% y peor aún si solo hubiera invertido en un plazo fijo dicha ganancia apenar sería del 1,4%. Esto da cuenta de la necesidad que tenemos los argentinos de estar informados en materia financiera y tener una capacitación continua. En país volátil como la Argentina, estar atados a instrumentos financieros tradicionales no nos garantiza el éxito económico.
* Estudiante Avanzado Economía (UBA) y candidato Coach Ontológico Profesional.
Análisis Semanal
El costo de no tener educación financiera
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