El deterioro progresivo de las reservas del Banco Central viene siendo un tema de relevancia para la economía Argentina. Distintos especialistas están advirtiendo que el gobierno de Cristina Kirchner podría concluir a fin de año con escasas reservas en el Banco Central.
Entre ellos se encuentra el economista Nicolás Cachanosky. Según los cálculos minuciosos que refleja en un informe, las reservas netas de la Argentina se reducen a sólo u$s10.770 millones, poco más de un tercio o un 34,2% del total asentado en los balances de la autoridad monetaria.
El estudio coincide con otros análisis privados. La consultora Ledesma estimó que las reservas internacionales apenas superan los u$s16.000 millones sin los pasivos contingentes o el "swap" de monedas con China.
Por su parte, Guillermo Nielsen, ex secretario de Finanzas en la gestión presidencial de Néstor Kirchner, hizo sus propias cuentas para llegar a una conclusión similar. Y usó una expresión muy gráfica para definir esta situación: “En realidad las reservas líquidas son 13 mil millones de dólares, una cifra muy baja para un país como la Argentina. Muy baja. Es una propina”, remarcó.
En la misma línea, Economía y Regiones planteó: “El swap con China y el nuevo default con los bonistas generan actualmente un maquillaje de las reservas del orden del 16%, ya que permiten contabilizar US$ 3.100 millones (swap China) y US$ 1.300 millones (bonos en default) como reservas que en realidad no son activos del BCRA”.
Y añade: “Si además restamos la deuda contingente con el Bank for International Settlements (BIS), el Banco de Francia (US$ 1.500 millones) y también los depósitos en dólares del público que se encuentran encajados en un 100% en la cuenta corriente que lo bancos tienen en el BCRA, las reservas liquidas en dólares que efectivamente son activo del BCRA ascienden tan sólo a US$ 16.366 millones a fin de 2014. Es decir, con el paso del tiempo, las reservas del Banco Central no sólo se reducen en monto, sino también en calidad”.