En los últimos años, todo lo relacionado con recursos humanos cambió considerablemente. El ingreso de las nuevas generaciones a las empresas provocó reajustes del tipo no sólo estilístico sino organizativo. Cada vez son más las firmas que se animan al home office o que hasta contratan personal sin necesidad de oficinas.
Sin embargo, estas no son las únicas novedades que se registraron. La llegada de más tecnología y la optimización de su uso también es algo a tener en cuenta; por eso, la consultora KPMG realizó un informe en el que propone aprovechar nuevas herramientas para ahorrar costos y mejorar las ganancias; pero también para alcanzar una buena comunicación interna de la compañía, establecer el uso de un sistema de gestión disponible en la nube, y la migración de las anteriores plataformas a tecnologías móviles.
Alberto Mondelli, Socio Líder de Asesoría en Capital Humano y Cambio Organizacional para América Latina de KPMG, entiende que tecnología aplicada a la gestión de talento puede impactar en el presupuesto de una empresa. “Aunque la región y Argentina en particular están especialmente atrasadas en esta materia, la utilización de aplicaciones, big data y almacenamiento en la nube permite analizar mejorar el estado general de una organización y tomar mejores decisiones”.
Por ejemplo, big data puede utilizarse para ejemplificar qué acciones se podrían realizar a partir de la integración de esa tecnología en la empresa. “Aunque no podés leerle la mente a tus empleados, sí podés medir qué cantidad de ellos abandonan la organización por año, en qué época del año lo hacen, qué cargos ocupan y qué antiguedad y salario tienen cuando lo hacen. Así, cuando alguien se está acercando a esa situación, aplicás medidas de retención como aumentos, bonos o capacitaciones, que saldrán más baratas que comenzar una búsqueda de reemplazo”.
Mondelli entiende además que en el futuro es importante la integración: “Las características a desarrollar para que el área evolucione tienen que ser una buena relación con la tecnología, un conocimiento de la industria y dónde se encuentra la compañía en su ciclo de negocios y una cercana relación con el área directiva y de Finanzas”. Pero también el rol que se le da al empleado: “Las marcas más valoradas y mejor posicionadas en relación al consumidor son siempre las elegidas como mejores empleadoras”.